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    Yogui Ramaiah y el Samadhi
    por Swami Ayyappa Giri

     

    Mi gurú de iniciación, diksha guru, Yogui S.A.A. Ramaiah (a quien llamábamos Yogiar) hablaba en raras ocasiones, a sus estudiantes sobre la consciencia de los chakras conforme la kundalini se elevaba hacia estados superiores. Él tenía un dominio completo de los nadis y podía entrar en el estado sin aliento de Nirvikalpa samadhi a voluntad. En una ocasión (1958) dio una charla a un grupo de varios cientos de personas en Colombo, Sri Lanka, mientras tres médicos monitoreaban su pulso y los latidos de su corazón. Se sorprendieron al informar al momento de sus observaciones al público: la aceleración de su pulso en un lado del cuerpo simultáneamente a la disminución del pulso en el lado opuesto. Dos minutos después, mientras Yogiar daba a los presentes un discurso espiritual, invirtió el fenómeno, cambiando los lados. Mediante la comprensión médica actual esto no es posible, y aun así lo hizo mientras era examinado por tres médicos muy conocidos, ante los 250 miembros del público. Todo el evento fue publicado al día siguiente en el diario Times of Ceylan.

    Algunos años después Yogiar accedió a entrar en el estado sin aliento del samadhi mientras un equipo de médicos australianos monitoreaban su pulso cardíaco. Cuando su corazón se detuvo, tal como él les dijo que pasaría, los profesionales médicos se aterrorizaron y le inyectaron una sustancia para que su cuerpo reanudase sus latidos. Él sobrevivió, pero dijo después que con su terror los miedos casi le matan. Nunca demostró de nuevo el samadhi en público. Yogiar emergiendo del samadhi – 1958

    Hace 45 años, era un joven practicante de Kriya Yoga, recién iniciado. Estaba más emocionado de lo que se puede describir por haber sido aceptado para una formación en las grandes y poderosas prácticas del Maha Siddha Babaji. Las metas de un kriya yogui, explicó Yogiar, pueden ser tan variadas como los individuos que caminaban el sendero. Yogiar recordaba frecuentemente a su círculo más cercano de discípulos de entonces que la meta más grande en el gran linaje de Babaji era la entrega incondicional completa al Satgurú. La entrega a la voluntad divina, parece, juega un rol importante en el logro de los estados meditativos más elevados.

    En 1971 viví en Sri Lanka a petición de Yogiar. Uno de mis muy amados amigos y sadhakas de Yoga, sri Rajendram, me dio una fotografía de Yogiar en samadhi. Era una foto única, y la he guardado conmigo sólo para publicarla en este blog hace unos tres años. Me puse muy contento de ver que se había abierto camino como una foto popular en las imágenes de Google. La he publicado de nuevo aquí para el beneficio de los sadhakas de Yoga.

    Viviendo y sirviendo a Babaji durante décadas, he estado en presencia de Yogiar cuando emergió del gozo divino del samadhi. Un vislumbre de su éxtasis, conforme sus ojos descendían hacia abajo desde la consciencia de Dios, es una visión poderosa. Recordar un evento así hace que el cuerpo hormiguee con electricidad. Qué maravilloso que el Divino nos dé estos ejemplos de almas extraordinarias.

    El samadhi no es la meta más elevada. Un fuerte deseo de escapar del mundo es un gran escondite para el ego sutil espiritual. Muchas almas buscan la absorción en el Divino, pero los sabios más grandes nos han recordado que una vida más elevada incluso puede ser el servicio. La salvación personal es una aspiración limitada. Yogui Ramaiah ha recordado siempre a su círculo interno que la entrega completa al Satgurú Babaji es una meta más grande incluso que el Soruba samadhi. En un ocasión sri Ramakrishna le preguntó a swami Vivekananda cuál era su ideal en la vida. “Permanecer absorto en el samadhi” replicó Narendra. “¿Puedes ser tan estrecho de mente como para eso?” dijo el maestro, “ve más allá del samadhi. ¡El samadhi es algo insignificante para ti!”. Está bien aspirar al samadhi, pero recuerda que es un medio para un fin. Las grandes almas van más allá del samadhi.


    Sorubasamadhi

    Hay aún otro samadhi descrito en los textos del Siddhantha como soruba mukti o soruba samadhi. No puede ser explicado por el Vedanta. Fue descrito elocuentemente por sri Aurobindo como la “evolución supramental”. Fue logrado por el Siddha Ramalinga Swami. Este para mukta (liberado supremo) raramente retendrá su forma física, y cuando lo hace, permanece como un avatar. El cuerpo físico (anamaya kosham) del Siddha brilla con el fuego de la inmortalidad. Un Siddha tal, como Babaji, puede ser identificado por no tener sombra ni huellas. La transformación del plano físico es verdaderamente rara, incluso entre los Siddhas celestiales. Una reseña precisa de la vida de un Siddha tal es igual de difícil que reducir el cosmos a una regla. El Divino está para ser experimentado, no expresado, y la grandeza mística de un santo, sabio o Siddha no reside en la superficie, para que la puedan ver los hombres. Está claro que determinados Siddhas han logrado el cuerpo de luz, y trabajan junto con otros santos y avatares para guiar el avance de la consciencia del hombre en nuestro planeta y en todos lados. La humanidad realmente tiene una profunda deuda de gratitud con estos hombres divinos, de los que 18 son reconocidos como los más grandes. El clímax de la tradición de los Siddhas es el maestro inmortal de los Himalayas, Babaji Nagaraj.


    Traducido del blog http://kalipath.com/ con el permiso del autor


 

 

 

 

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